domingo, 27 de febrero de 2011

Silencio

Silencio que me escuchas,
ayúdame a aclarar,
esto que siente mi mente,
que no me deja meditar.

La soledad me esta cegando.
Pienso cosas que no debería pensar.
Siento que mi vida no tiene sentido ya.
Me estoy desesperando, déjame vivir ya.

Silencio de mis noches,
aclárame la vida ya.
¿Por qué es que siento
que no tengo en quien confiar?

Muchos me han hecho sufrir,
lágrimas me han hecho derramar.
Por eso la sola palabra amistad
Silencio, me hace temblar.

Algunos me miran con pena,
otros no saben como mirar.
Yo que vivo dentro de mí,
no entiendo como actuar.

No se que pensar,
¿Quienes serán mis amigos de verdad?
No tengo con quien hablar.
Tengo terror de continuar.

Veronica Montes
Puerto Rico

viernes, 25 de febrero de 2011

El niño triste


Aquel niño triste... de montes y bateyes
aquel niño triste... que nunca tuvo reyes
que durante las noches contaba las estrellas
y después en sus sueños... soñaba con ellas.

Aquel niño triste vagando por caminos
polvorientos, queriendo agarrar los gallos finos
Ahh... como se acuerda de aquellos buenos ratos
aunque muchas veces andaba sin zapatos.

Cazando mariposas... ¡por los jardines!
y con su jaula sólo cazando tomeguines.
andando por veredas, sabánas y potreros
oyendo el melodioso cantar del sabanero..............

martes, 8 de febrero de 2011

Desvanecer...

Cuerpo de monja virgen, por el ayuno laso.
Yo vi sus ojos húmedos de inmaterial ternura;
y, de la piel suntuosa que envuelve su estructura,
miré, en aquella noche, más transparente el raso.

Pálida enferma llena de su melancolía;
cuerpo con el prestigio de los marfiles viejos;
era su voz tan tenue como un rumor de lejos;
toda ella era un perfume que se desvanecía...

Cuando marchó a su estancia me dió su mano breve
y yo la vi alejarse con un andar tan leve,
que era un frú-frú de alas el eco de su planta...

Y quise -en la suprema tensión de mi cariño-
mecerla entre mis brazos, como si fuese un niño,
para que se durmiese con una canción santa.


Ramon Ortega (1885- 1932)