domingo, 6 de diciembre de 2009

François René de Chateaubriand

Cuando, en el silencio de la abyección, no se escucha más resonar que la cadena del esclavo o la voz del delator; cuando todo tiembla ante el tirano, y que es tan peligroso solicitar su favor como ameritar su desgracia, el historiador aparece, encargado de la venganza de los pueblos. Es en vano que Nerón prospera. Tácito ha nacido ya en su imperio; crece desconocido al lado de las cenizas de Germánico, y ya la íntegra Providencia ha librado a un niño oscuro la gloria del dueño del mundo.

François René de Chateaubriand, "Le Mercure"

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