lunes, 18 de octubre de 2010

Quita el blanco de mi cara



El clasificar a alguien por su apariencia, o por el color de su piel es una cosa tan absurda que no me dan ganas de pensar. Si tu Dios es judío, tus pizzas italianas y tu coche alemán ¿Por qué llamas extranjero a tu vecino? La bondad del alma no se fija en el color sino en el saber. Las razas no nos separan, nos separa la clase social. Los racistas son racistas por la poca cabeza que tienen y necesitan aparentar más.

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